El Salmón irrumpió en el escenario local hace diez años. Esta revista de poesía se planteó como objetivo principal la relectura y revaloración de la tradición poética venezolana, mirando con especial atención hacia aquellos temas y poetas escasamente atendidos y valorados por la crítica, las editoriales y la academia. El Salmón, editada por los poetas Willy McKey y Santiago Acosta, también se esforzó por «ser un territorio para la (re)lectura atenta de la palabra poética que nos precede, la nunca reeditada, la editada, la inédita y la que reflexiona en torno a todas ellas. Más que crear un terreno nuevo, pensamos que hace falta resucitarlo, librarlo del vacío que se le ha ido acumulando encima (sí, el vacío puede acumularse sobre nosotros). Así, quisiéramos ser rescatistas más que pioneros, recreadores más que inventores, reconocedores más que descubridores. Apostamos por remontar la corriente de nuestra tradición poética, por gusto, por saber dónde estamos y hacia dónde debemos (o pudiéramos) ir. Aún queda mucha agua por recorrer, pero ya no se hará en silencio». Estas palabras, que en su momento fungieron como manifiesto editorial, se materializaron en nueve números con los cuales recibieron el Premio Nacional del Libro 2010. A continuación, como muestra de ese trabajo, ofrecemos una selección del número 4 de la revista titulado «Soldado». 

Soldado-1
Fotografías de Samoel González Montaño

 

VIVAC
~José Lira Sosa

Brotando del sortilegio del hierro y del petróleo
vivac en el vientre del lagarto
y yo mismo vivac y camuflaje
huyendo de la ferocidad de las retinas
de las bestias de ojos de flores
venenosas
vivac para golpear la piedra
y balancearse en el primer relámpago
pero no había piedra ni relámpagos
en la ciudad había gendarmes
pólvora y ceniza
de petróleo
aborto comuniones
curetajes membranas anticonceptivos
masturbaciones y gendarmes
y yo metamorfoseado en rama de árbol
fui iniciado en el azufre
y a guarecerme de su crujido pestilente
porque efectivamente hacía falta
aprendí a levantarme temprano
y vivac sin cigarrillos no botas ni comida
ni edredones ardiendo por descuido
vivac flagrante y arco iris
y muslos dispersos en el humus
y Totem Tabú
mi fetiche vivac
brújula norte Estrella tótem
dispara explota fetiche
no es muerte de fusiles
es vida de vivac
rostro combatiente rasgado por
la noche

 

CONTRA UN MURO DE CANTOS
~Lucila Velázquez

De pronto fue la oscuridad sobre el último día
caía el alba
caía
la oscuridad era una avispa negra
que picaba la sangre de la luz
el aire andaba solo
buscando cuatro huellas caídas al vacío
perdido como un pájaro que pasara
de pronto
por un bosque de rígida estatura
el aire andaba solo
solo de voces numerables como las mariposas
un hacha derribaba gargantas
coagulaban silencios copiosos

Fusilaron la libertad contra un muro de cantos.
yo la vi caer con la última instancia
de aquella flor pacífica
que bajara los ojos
súbitamente roja
el asombro buscaba sus llaves inútiles
tocaba las perdidas cerraduras
el tacto empañaba la huella

El momento bajó su escala única.
entonces un silencio sin nada en la cabeza.
entonces una bala
la primera perdida en el canto.

 

Soldado-2

I
~Víctor Salazar

He ido al fondo de mí. He puesto en evidencia la sangre de los que permanecen bajo tierra. He roto los impulsos y apartado los días. Pero nada ha cambiado. La ciudad permanece a mis espaldas. La edad se ha reducido a la violencia, a la sangre de algo inevitable. En el contorno de mi generación los asesinos mutilan y combaten a sus víctimas. Yo soy el habitante solitario. El exiliado múltiple. Debajo de mis ojos está la mañana de un sobresalto taladrado. Empiezo aquí. Sobre las sombras, detrás de las ventanas. Solo podré alcanzar los restos de una historia distinta. Otro silencio y otra voz saturarán los puentes, las violaciones, los pantanos. Otro silencio y otra voz treparán al cuello de las tempestades. Y, aún más, con todos los dominios de la sed velaremos el último cadáver.
Vendrán los que reparten sombra. Los que nada encontraron en las profundidades del desastre. Los que condecoraron con crueldad. Los que asumieron la herejía. Los que ofrecieron sus rodillas al abandono impostergable. Los que desordenaron la quietud. Los que extendieron su denuncia antes de dar comienzo a la vigilia. Los que estrellaron su ausencia y su pobreza en las pensiones, los que sacrificaron su vejez.
Los que engendraron polvo,
y sueño
y agua
y muerte.
Los que desfallecieron.
Entretanto que sea la permanencia, la decisión y el aire en esta noche.
Trópico y fondo de comienzo.

 

S/T
~Lydda Franco Farías

Así te sueño amor:
las manos crispadas,
sonriendo como un niño inverosímil,
a un lado tu fusil y tu cisterna
y yo que te estaré besando
en la fuga precipitada de tus carnes,
en tu cuerpo
refugio de moscas exiliadas
en tus huesos
bloqueados de ejércitos de chinches y gusanos…….

Así te sueño amor
pero estás vivo
desde mi soledad
te estoy palpando

Así te sueño amor:
el corazón alerta
la boina roja
como un lunar de sangre en tu cabeza…………..

 

YO QUIERO QUE SEAS SOLDADO
~Olga Luzardo

Hija mía: yo quiero que seas soldado
y que lleves al hombro un fusil
y en tus ojos un odio sagrado.

Para que las guerras se acaben mañana
y los campos se cubran de brazos
y se llenen de voces alegres las fábricas,
hija mía: yo quiero que seas soldado.

Que la sangre tuya bañe las banderas
de muchos colores que ondulan al mundo
si por nuestra causa se hace necesario.

Que la paz, imposible entre tanto
que hayan patrias y existan fronteras,
no te encuentre nunca, soñando inactiva
y sin un buen fusil a la espalda.

Porque el día en que todos nosotros
tengamos un arma y un deseo de vida distinta,
será toda la tierra una sola patria.

Para que haya la paz, es preciso hija mía,
Que los pobres del mundo tomemos las armas.
Y por eso, yo quiero que seas soldado.

 

FUSIL
~Juan Martín Echeverría

En alguna parte
la pequeña aldea descansa una siesta de siempre

Cerca
las olas muerden la costa en una gula calculada
Arriba
el sol decidido se divide ensaya hace la tarde
Dentro
el hastío se pregunta qué pasará mañana

—explosiones disparos brazos piernas bocas un fusil

Cubriendo las colinas una idea inmensamente sola se arrastra
Aldea olas sol hastío descansan
En el razonable agonizar de la jornada

Lejos
en la madrugada
la boca de un fusil estalla
de mi padre y de mi madre heredé dos puños
—a menudo contemplo mi herencia y la extiendo bajo el sol

 

LOS HANGARES
~Alí Lameda

Los guerrilleros son bultos
que avanzan o se repliegan,
y así repentinos llegan
a los hangares ocultos.
La noche en sus insepultos
edredones se amuralla
cuando de pronto algo estalla.
Y así no alcanzan su cielo
las cien alas que en el suelo
perdieron ya la batalla.

 

S/T
~Julio Miranda

vibración desplazándose adelgaza los troncos
blandas capas de hojas estriadas de sal
nervaduras falsamente nevadas manchas las manos al trasluz tamizan
el fulgor excesivo de arena mar cielo borrados
corriendo entre los árboles sobre la húmeda putrefacción
perseguidos por disparos o pájaros sucia sombra resuena
más blanco entre cipreses el cementerio ondula se levanta
se desploma en lo verde en lo verde áspero
colina abajo rumbo al mar
las olas mayores dando contra las tapias golpeando en lo hueco
fusilados contra fotografías que no les pertenecen
resbalando por mármoles entre ángeles añicos los cadáveres iban
colina abajo rumbo al mar
muerto olvidado no mata soldado
medallas mohosas quizá de alguna guerra
en el ojo de un oficial reluciente
ciegos aparecen en el límite dejan atrás el bosque
saltando en cámara lenta
rostros de arena en la eran fluyen
bañistas despedazados
con cierta regularidad
por obuses recalcitrantes
bocas de goma destemplando aullidos
apenas desperezan a los cuerpos
corren entonces evitando los búnkeres
escarabajos gigantescos blanqueados semienterrados
corren arena arde aire hiere luz deslumbra
corren tienen enfrente el mar

 

Estos poemas  fueron extraídos de El Salmón. Revista de Poesía (año II, n.o 4, enero-abril 2009, Caracas). El tiraje fue de 500 ejemplares, impresos en Editorial Ex Libris. La transcripción y revisión de los textos estuvieron a cargo de Néstor Mendoza. El encabezado fue diseñado por Samoel González Montaño a partir de una fotografía de Robert Capa.