LOS FORAJIDOS DEL CANON 

Los forajidos del canon,
sí, bajando en cuatro patas
desde la iglesia industrial,
lamiendo sus manos y piernas,
muriendo envenenados
por su propia decisión
y voluntad.

No hay ninguno que descanse,
y como una jauría persiguen
al cérvido blanco,
la Animalia más exótica.
«El barco es mío», «¡En el altar hay fuego!».

Depravados, pervertidores del lenguaje;
aullando en el gallinero de la prensa.
Hoy «la fama» solo reclama
un «cambio de personal».

Forajidos del canon, sí,
con millas acumuladas
de prostitución y falsedad;
huyendo de sus padres,
y sus hermanos,
olvidando todo exilio
toda tormenta.

No. No vamos a olvidar
nuestra estadía en el campo;
ni los treinta años de retraso
que cedimos por dejarlos
prosperar, en pies y cabeza.

No. Nunca mataron al ciclamen
en verano.
Escuchen cómo
los huracanes helados
ahora emergen del rocío…

 

DISTRITO DE LOS LAGOS

Yo, que negué a Cristo en el primer barco,
finalmente entendí el significado de la palabra adiós.
No se trata de una simple despedida:
es el momento en el que todo se hunde
en los blancos y transparentes mares de números,
y se pierde la flor, única prueba
de la existencia de un paraíso.

Es el momento donde se pierde el inmediato calor
de aire que encierra y separa a cada una
de las cosas que existen en el mundo.

 

JUICIO

Nos alejamos de la ciudad,
infortunio, infortunio, etcétera…
En la que ya no hacemos
más canciones…
Nuestra flauta quedó encerrada
en la raíz de un sauce:
destruyendo el suelo…
Levantando calles y baldosas.
Nos vamos lejos, amigos:
donde las vacas beben,
donde la savia fluye.
Nuestros versos necesitan
ser juzgados,
pero en tierras más salvajes…

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Juan Arabia

UN COLIBRÍ EN LA BAUHINIA 

En la rama más baja de bauhinia
descansa el negro azul color marino…
El colibrí inadaptable… Púrpura,
como el placer del límite, sediento
como la destructora raíz del sauce:

Néctar, Licor, Hachís: como el origen
del fuego. En América las flores
alimentan legiones… Brota el alga
del renacuajo, el grillo sacude banderas.
Ermitaño es el sol —como el maíz—
y el lugar donde el ave del silencio
canta. Inadaptable antes que el hierro,
el carbón, y el vapor de los corsarios,
en la rama más baja de bauhinia:
La esclavitud occidental, las ratas.
Acá mueren enfermos los sonidos
de cacería… Brota el húmedo aire
de la brisa en los círculos de rebelión.
En la rama más baja de bauhinia
descansa el negro azul color marino…
El colibrí inadaptable… Púrpura,
como el placer del límite, sediento
como la destructora raíz del sauce.

 

INSPIRACIÓN EN JEAN DE LA FONTAINE

Dije: «voy a recorrer la tierra», y las barreras
de la servidumbre retrocedieron ante mí.
Marqués de Pelleport

Huyamos antes al corazón del bosque
y, viviendo de raíces y frutas silvestres,
olvidemos las sociedades
establecidas por los ricos,
y pasemos el resto de nuestros
días entre lobos,
aullando sobre el infortunio
de la descendencia de Noé.

 

Juan Arabia (Buenos Aires, Argentina,1983). Poeta, traductor y crítico literario. Egresado de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Director de la revista y editorial Buenos Aires Poetry. Ha publicado John Fante. Entre la niebla y el polvo; PosData a la Generación BeatEl Enemigo de los ThirtiesJohn Fante: Camino de los sueños diurnos; y traducciones de Arthur Rimbaud, Dan Fante y Ezra Pound.

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Estos poemas de Arabia  pertenecen a un libro inédito, de próxima publicación. El header fue realizado por María Betania Núñez, a partir de una silla diseñada por Ludwig Mies van der Rohe. Graciela Yáñez Vicentini realizó la revisión de los textos.