OPULENCIA VITAL, múltiple ramo
cuyo nosotros fiel nos necesita
tal como somos, un pajar, un grano…
¡De cuántas cosas brota una sonrisa!
Alegre libertad dice: me llamo…
(aquí su nombre). Fructifica
antagonista plácido y cercano
como una carne mágica y melliza.
La luz es todo junto más el halo
con que cada fulgor se precipita.
Prójima sombra, fraternal arcano,
¡son, son! Y es el amor quien los precisa.
Pero la precisión es un regalo.
Nada más. Una dádiva inaudita.

~

CARACOL, EL HERMANO,
el mismo caracol, más caracol. Concisa
su forma sigue sin barniz ni estrago
para que el hombre sufra un alma rica,
un alma suya en el vellón y el gajo,
íntima, inmensa, siempre en sed y ahita.
Así construímos un lugar humano,
pero tan lleno de él como de brisa.
Inventamos
una pared de cal…¡y tan distinta!
Un muro nuevo, ¿raro?
Sólo en su fresca soledad continua.
-¿Soledad, otra vez lo solitario,
otra vez la distancia?¿Y la caricia?-
Cálmate, amor; lo nuestro es lo lejano,
toca el largo perfil, la piedra lisa
dice por voz de su vigor: yo te amo.
La forma singular es la infinita.

~

VIVA BELLEZA desde el seno irrumpe
como una curvatura que desliza
las auroras boreales de las ubres
sobre un lecho de líneas.
Somos el hombre el caballo sufren,
pero una inmensa investidura estricta
nos señala sin verbo entre las cumbres.
Somos entonces ser hasta la risa,
la carcajada diáfana en los buches.

~

PRESUNTO SORTILEGIO. Sólo alcance.
Belleza, nada más,
abre la boca y es un cráter
y el umbral
y ya todo lo abierto, semejante.
Paz, ardiente paz, lógica paz.
Calma: pasión que sabe su combate,
luchar
por una rosa, pausa en el desastre,
por el menos y el más.
Menos: inmensa perspectiva de alguien.
Belleza, para ti la eternidad,
ayer, ahora y luego. No hay instante.
Sí, para ti vivir sin terminar,
que todo aquel que muere es un cobarde.

~

RECUÉRDATE, PALABRA,
como eres, como estás, pulcra y redonda,
no el agua mas en agua y tras el agua
y con el agua sin más pie ni alfombra.

~

CON RAYAS ROJAS cambiaremos el mundo.
Con una exactitud que nos desprende.
Con tan alegre número
que contamos, al fin: somos mil veces,
dos mil, tres mil, siete mil veces.
Y cada cifra siéntese en el uno
como el uno también y con sus creces.
Con palabras ausentes de conjuro
digamos: ¡sol! exacto, y amanece.

~

ESTAR afuera es como estar adentro
de inagotable intimidad creadora.
No es perder cuerpo, es descubrir un centro
mayor que lo interior que nos demora.
Estar afuera, a pleno sol, al viento…
La noche ya no es más la mediadora,
pues nos une a través de un mandamiento
de sombra impuesta que se ve o ignora.
Escogida es la unión desde lo intenso.
Vivo nivel estalla con la aurora
y enlaza lo profundo con lo inmenso,
pues cada ser deviene lo que añora.
Y queda un solo ser, un gran suspenso,
mas el hombre lo sabe y lo atesora.

 

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