En la muestra «Alfredo Silva Estrada en dos tiempos» ofrecemos poemas de la antologíAcercamientos (1992) y un registro fotográfico tanto de dicha antología como de los pequeños tomos de la segunda edición dTransverbales ITransverbales II y Transverbales III (1971), impresos en Editorial Arte. 

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Fotografías de Samoel González Montaño

 

DE UN NAUFRAGIO

Sola en el vado está la proa. Incapaz de rehacer el naufragio,
ya remota extensión sin sosiego.

Emergerán los peces con un girar de llaves recobradas,
defensoras del templo.

(Oh las gradas del órgano.
El ábside expandido como gallo hacia el alba.
El vitral que aventura cometas
por un cielo de hiedras y de arañas)

Mas estarán perdidas las noticias boscosas.

Un niño habría salvado los espectros.
Y el timón carcomido ajustado a la tabla final
nos cantaría su barca,
sabedora de riesgos.

O los restos humanos hinchados en el cejo,
lejos hoy del estertor de sus arranques,
libertarían pupilas de resina
y hondo bullir de insectos,
nacidos del desgaste.

Allá en el vado sola está la proa.
Un pájaro se inmola en su brasa de canto.

 

DESNIVEL

Tener que encarar esta magia a la inversa
esta magia que no restituye
que solo hurta

Este fasto de un fuego que solo sabe extinguirse
que solo labra el sedimento de las lágrimas
que solo deja imágenes en el desorden de la memoria
y en el desorden de los sueños

Tener que encarar la magia escueta
desde el abrupto
irreductible desnivel
de este telón de fondo que de repente engulle la escena de los cuerpos

Ceder, construir
con el sedimento de las lágrimas
y la indigente provisión de la memoria y de los sueños
la conjetura vacilante, la raída pregunta
el único futuro que a veces nos sostiene

 

ANTE MI PADRE MUERTO

I

¿Qué decir ante mi padre muerto?

Que lo diga la lejanía que interroga
Cuando canta el pájaro porque sí.
En la rama no importa si a punto de caer
Y brilla el sol
Y lucen los frutos como escarcha de artificio
Y sentimos que no sufrimos bastante frente al espectro abrupto
Frente a esta cosa vuelta abismo
Casi a tono con el dolor tajado de asombro
Ante mi padre muerto

II

¿Cómo decir este despojo bajo el cielo?

Balbuceo sin saber
Sobrecogido de saber y no saber aún
Niño tanteando entre el aire que acompañó el vagido

Pesa el cielo sobre este rostro muerto
Pesa con todo el peso del espectro
Y me pesan sus párpados entre el cielo y la tierra

III

¿Cómo decir cómo pesaban sus manos bajo el cielo denso?

Todo el cúmulo del cielo
Sobre sus manos que sabían hacer la estancia
Las manos recogidas en el tiempo hacedor

Sus manos que hoy gravitan sobre el pecho roto
Mientras llora mi pecho respirando aires vivos

IV

Solamente la lágrima cuajada, detenida
Para mirar de frente
A través de fugaces aristas
La muerte de mi padre

¡Pobre amparo del dolor en la palabra
En la palabra huérfana!

Que escriba esto el silencio
O el cielo balbuciente en la lágrima

 

DESLUMBRAMIENTOS DEL ORIGEN

Deslumbramiento del origen
En el espacio del balbuceo asombrado

Hoy todavía la voz en el repliegue germinante

Hasta llegar al fondo regresas
Tocas fondo

Se alumbran extensiones fértiles

Padre y madre sonrientes en la piedra angular

 

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BUSCAR RESPIRADEROS

Buscar respiraderos
Boquetes en espesuras reflejadas

Respirar el futuro de volver sobre un oleaje virgen
Y recobrarse en la insistencia de algunas lluvias elegidas

Repiques de meteoros que una vez cultivamos

Las ráfagas ritmadas en la trama de ausencias

No reloj roto ni reptil en lo claro

Más bien respuesta llana:
Correr sobre mieses risueñas
Undosas para siempre desde aquella futura infancia

 

LA POESÍA

La Poesía desde el amanecer

Abrir esta ventana
Y celebrar el pan
Y nuestro amor con horizonte

 

EN EL CANTO DEL PÁJARO

                                                 a Fernando Paz Castillo

Sí, en el canto del pájaro hay un signo

Lo que no comprendemos
Algo
Que no comprendemos
Eso que no comprendemos y en silencio nos une

Esa música en sí
Plenitud olvidada que nos abarca
En el canto del pájaro

 

ANTES DE PARTIR

Antes de partir
No te detengas a mirar
Esas sábanas en desorden
Y ese vaso
Donde tantas veces uno ha bebido

Busca más bien
Los horizontes que puedas tejer como estambres
Los pájaros que comen sobre los hombros de los ciegos
Y esa ruta que te lleve
Como una escritura

 

*

Se absorbe la ausencia del día sucesivo

Allí fundamos, tan solo indicios esquivos.

Ni signos ya. Apenas un poco de ceniza
en el desprendimiento de cada día.

Alguna resonancia sujetándonos
sobre la tierra sin designios
a la reacia afirmación de la muerte.

 

*

donde el estar se hinche

Soltura de borrarse,
soltura de raíces.
Soltura de herrajes fogosos y de río novedante.

Algo una vez nombrado, se borra.

Y entonces, breve entonces,
el simple estar aquí deja libre la ausencia.

 

*

En la desnudez laberíntica

Mas la ciudad sin fundar nos cerca
con una sola máscara.

En el comienzo, a pie desnudo,
cruzar su laberinto hundido.
En esa ausencia de cimientos que ahora embozan el sonido
inventamos mirajes, respiraderos.

¿Pero cómo inventar la encarnada quimera?

 

Estos poemas pertenecen a la antología poéticAcercamientos (Monte Ávila Editores: Caracas, 1992).  Ela portada violeta, diseñada por Claudia Leal, visualizamos un retrato intervenido de Vasco Szinetar. El diseño de esta colección es de Vicky Sempere y Carlos Canudas. 

La experiencia gráfica y editorial de Transverbales conjuga armoniosamente el diseño y curaduría de John Lange y el factor lúdico y creativo de las piezas desarmables. Los textos de Silva Estrada, en este sentido, se muestran experimentalmente y el lector debe organizar y darle sentido a los versos sueltos. El diseño original de la primera edición dTransverbales es obra de Carlos Cruz-Diez

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Alfredo Silva Estrada (Caracas, 1933-2009). Poeta, ensayista y traductor venezolano. Publicó una extensa obra poética, en la cual destacan los siguientes títulos: De la casa arraigada (1953), Literales (1963), Los moradores (1975), Los quintetos del círculo (1982), De bichos exaltado (1990), Acercamientos (1992) y Por los respiraderos del día (1999). Ha traducido parte de la obra de algunos autores de lengua francesa; entre ellos, Ponge, Reverdy, Godel, Chedid, Dupin y Verhesen. Recibió en 1997 el Premio Nacional de Literatura y en el 2001 el Gran Premio Internacional de Poesía de la Bienal de Lieja.

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La selección y transcripción de los textos estuvieron a cargo de Néstor Mendoza. Graciela Yáñez Vicentini realizó la revisión y la distribución de textos e imágenes. El encabezado fue diseñado por Samoel González Montaño, a partir de un detalle de un retrato de Iván González. Agradecemos la ayuda de Javier Téllez para esta publicación.